Educational Challenges in the Republic of Colombia: Excelente acceso, baja calidad

Una ‘revolución silenciosa’ en educación

Cuando pensamos en Colombia en la actualidad, tal vez lo primero que se nos viene a la mente es el infame capo de la droga Pablo Escobar, promocionado en la exitosa serie de Netflix, Narcos; o tal vez el largo conflicto civil de décadas entre el gobierno colombiano y los grupos guerrilleros de izquierda, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) o las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc-EP), las cuales firmaron un acuerdo de paz con el gobierno a finales de 2016. A pesar de este contexto, Colombia es el segundo país en el que la mayor cantidad de personas han experimentado un período de crecimiento económico que redijo su pobreza en América Latina. Aclamado como el “milagro colombiano”, y más aún como una “revolución silenciosa” de la educación, Colombia lo ha logrado ampliando los resultados del aprendizaje de los estudiantes, subiendo el listón de la igualdad y la equidad de oportunidades en las escuelas, utilizando la recopilación y el análisis de datos para tomar decisiones informadas y crear políticas, y centrando una mayor cantidad de fondos en ver fructificar las reformas educativas.i

(Fuente: Educación en Colombia: aspectos destacados, OCED, 2016)

Estos logros educativos son, principalmente, el resultado de un control más estricto de las consecuencias de la turbulenta historia de conflictos socio-políticos desde 1948, cuando el candidato presidencial del partido Liberal, Jorge Eliécer Gaitán, fue asesinado y el hecho desató un proceso violento que resultó con el desplazamiento interno de millones de colombianos.ii Dicho control le permitió al gobierno colombiano introducir políticas como “De cero a siempre” en 2010, la cual es hoy el marco común que guía el desarrollo y el bienestar de la primera infancia con un enfoque holístico. Por otra parte, el modelo de “Nueva escuela”, introducido en 2014, amplía la educación rural en las regiones de menos recursos en Colombia, al hacerla más accesible y al enfocarse en la formación de maestros para ofrecer un ambiente estimulante y adaptado al contexto. Y, adicionalmente, el “Currículo 40×40”, un programa implementado por el antiguo secretario de educación de Bogotá, Óscar Sánchez, que incrementó el número de horas en los colegios a 40 en la semana, durante 40 semanas al año, para que los niños puedan participar en actividades extracurriculares, como deporte y arte.iii Estas políticas han aumentado el nivel y la calidad de la educación de los niños colombianos, como lo dejan ver algunas cifras recogidas por la OCED. Por una parte, la participación educativa de la primera infancia y de cuidado (ECED) y la educación terciaria han aumentado de un 40% a un 50%, respectivamente; en cuanto a la tasa de matriculación para menores entre los cero y cinco años, esta pasó de 16% a 41% entre el 2007 y 2013, logrando un incremento en la matriculación bruta del 57% al 76% entre 2002 y 2012.iv Este ha sido el caso en particular para las niñas, quienes entre 1900 y el 2000 vieron aumentar el promedio de años de estudio en un 23%, pasando de 3 a 3,7 años; un aumento en la finalización de su educación secundaria de 37% en 1989 a un 94% para 2011, y su representación en el mercado laboral pasó de un 30% al 43% entre 1990 y 2012.v

Un sistema educativo desigual

A pesar de estas acciones positivas, también es cierto que aún queda un largo camino para que Colombia establezca un sistema de educación basado en la igualdad, sin diferencias entre instituciones públicas y privadas, urbanas y rurales, que provea la misma calidad educativa para todos los estudiantes, y logre tanto el aumento de la matriculación neta y como el mantener la asistencia a lo largo de todo el ciclo de educación de los niños y niñas. En 2017, la organización Children Beyond Our Borders, la cual trabaja por la igualdad de oportunidades en la educación, reportó que 37,2% de estudiantes colombianos no siguen en sus estudios más allá de la enseñanza secundaria superior. Esto ha significado una brecha considerable en el número de colombianos que han obtenido un grado de Ph.D., con una proporción de 7 por cada millón de colombianos; 45,4% de estudiantes se retiraron de la universidad desde 2010, además de aproximadamente un 75% de estudiantes que se retiraron por completo de sus estudios hacia los 17 años; un estimado de 37% de estudiantes empezaron su educación más tarde; y un 41% repitieron por lo menos un grado a la edad de 15 años.vi Con respecto a la educación universitaria, la tasa elevada de abandono se debe principalmente a que el sistema está sobrecargado y fragmentado, pues hace falta un plan de estudios estandarizado que les permita a los estudiantes alcanzar este grado educativo en iguales condiciones, así como los bajos salarios para los profesores, lo que ha provocado una elevada tasa de absentismo. El gobierno colombiano invierte el 4,6% de su PIB en educación, y tan solo 0,5% de este presupuesto se destina a las zonas rurales. Esto podría explicar por qué dos de cada diez estudiantes de zonas rurales no puede acceder a la educación, con lo que se reproduce el vicioso ciclo de pobreza, desempleo y violencia.vii

En 2018, el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE, PISA, observó que más del 70% de estudiantes de enseñanza secundaria superior carecían de conocimientos básicos de lectura, escritura y aritmética, lo que suponía un obstáculo importante para acceder a las universidades que exigen aprobar el examen de acceso estandarizado ICFES. Las pruebas PISA miden los niveles de competencia en inglés, matemáticas, ciencias naturales, ciencias sociales y cívicas en los grados 3, 5, 9 y 11, y los políticos responsables de este sector aún no han logrado resolver el mayor índice de fracaso escolar en escuelas públicas en comparación a las privadas a la hora de presentar los exámenes.viii Unido a esto, a comienzos de la década de 2010 en el país se vivió un período de tensión debido al programa “Ser Pilo Paga”, una iniciativa que redirigía los fondos públicos a instituciones privadas para subsidiar a aproximadamente 32% de los estudiantes con mejores resultados en la prueba estandarizada nacional para sus estudios universitarios. Así, estos estudiantes con los mejores puntajes podían ingresar a universidades acreditadas, en su mayoría privadas, con becas o préstamos financieros. El programa fue suspendido en 2018, cuando un gran número de estudiantes se manifestaron en contra de la desigualdad injusta y le exigieron al presidente del momento, Iván Duque Márquez, aumentar el gasto para las universidades públicas cuyas matrículas seguían siendo una barrera de acceso para muchos.ix

Aún se mantiene el aparente desequilibrio de la demanda, en el sentido de que cada vez más estudiantes colombianos aspiran a una educación superior (con reportes de un crecimiento de 3.600 en 2001 a 6.276 en 2011), mientras a la vez se mantiene un bajo nivel de calidad, representado por lo que se conoce como “universidades de garaje”, instituciones que funcionan a la par con las instituciones de primer nivel que ocupan puestos relativamente altos en las clasificaciones regionales y mundiales.x Esto se ilustra aún más en la esfera de las oportunidades de educación entrante y saliente. Aunque los colombianos son la séptima población más grande que decide estudiar inglés o ingresar a la formación profesional en el extranjero, el país sigue siendo un destino poco atractivo para estudiantes extranjeros, excepto para los estudiantes venezolanos, quienes también enfrentan una barrera significativa.xi

Barreras para los refugiados de Venezuela

La crisis transversal que vive Venezuela desde 2015 ha provocado que millones de personas huyan del colapso social. Para noviembre de 2020, 1,7 millones de venezolanos estaban viviendo en Colombia, de los cuales aproximadamente 460.000 correspondían a menores en edad escolar.xii El gobierno colombiano y la sociedad civil demostraron su mejor lado al garantizar a los refugiados venezolanos acceso a los servicios de salud y escolarizar a casi 200.000 venezolanos en edad escolar, lo cual se facilitó debido a las similitudes culturales y lingüísticas entre ambas poblaciones.xiii No obstante, algunas barreras aún son evidentes en ciudades como Cúcuta, en donde se ha visto un alto número de niños fuera del sistema escolar y desempleo. Se estima que habría 22.350 venezolanos sin estudios de los 93.000 que viven en Cúcuta para 2020, en relación con el total de 361.433 menores colombianos sin estudio a nivel nacional.xiv Los estudiantes venezolanos y colombianos tienen dificultades para obtener habilidades básicas de alfabetización y aritmética, con niveles de 69% y 65%, 61% t 64%, 70% y 68%, y 93%y 94% respectivamente, cayendo por debajo de los niveles de referencia en fluidez lectora oral, capacidad de comprensión de lectura, y problemas sencillos de suma y resta.xv

Otro tema preocupante es el hecho de que los menores venezolanos sin estudios muestran signos más altos de aprendizaje social y emocional (SEL) que sus compañeros escolarizados, con 66% de los venezolanos y 63% de los colombianos respectivamente mostrando empatía en escenarios negativos hipotéticos. El 76% de los menores venezolanos sin estudios y jóvenes con discapacidades son víctimas de bullying escolar.xvi La UNESCO ha reconocido que otras barreras indirectas incluyen el costo del transporte, los uniformes, la alimentación y los útiles escolares, así como el hecho de que maestros provenientes de Venezuela se enfrentan a retos burocráticos para homologar sus credenciales y que estas sean reconocidas por las autoridades colombianas, lo que podría potencialmente reducir la falta de personal educativo y el hacinamiento en los colegios.xvii De acuerdo con el Comité Internacional de Rescate, estas barreras son el resultado de la sobrecarga al sistema educativo colombiano. Aunque esta organización también aplaude el acceso como un primer paso, pero aboga por mayor atención para que se incluyan a los menores sin estudio, combinando herramientas académicas y de aprendizaje social y emocional (SEL), aumentando la formación docente, y adhiriendo a la Ley de Convivencia de 2013, una directiva que busca que se implementen comités de co-existencia para todas las partes interesadas del sistema educativo.xviii

La pandemia de COVID-19

El brote de COVID-19 amplificó los retos socio-económicos y educativos en todo el territorio colombiano, dejando a muchos estudiantes en riesgo de retirarse de sus estudios por completo y entrar en el mercado laboral.xix En un artículo para el New York Times, Gloria Vásquez explica que graduarse, en Colombia, es un gran logro, ya que en el pasado la mayoría de colombianos no tienen las mismas oportunidades para educarse. Así, explica, “la violencia y el crimen son tan comunes aquí como el carro de helados que recorre la manzana cada tarde”, y muchos padres han trabajado en el pasado como recicladores, recorriendo las calles en busca de cualquier objeto de valor para intentar venderlo.xx La pandemia exacerbó los miedos ya existentes de que muchos menores abandonaran sus estudios, especialmente porque el 50% de los hogares colombianos no pueden pagar una conexión a internet, y los menores no cuentan con los medios digitales para seguir sus clases o completar sus tareas, ni mucho menos mantenerse en contacto con los maestros cuando cerraron las escuelas. Esto se tradujo en una carga adicional para padres muchas veces sin educación que debían asegurar la formación de sus hijos.xxi

Debido a las repercusiones económicas de la pandemia, se estima que 100.000 menores desertaron la escuela en 2020.xxii En entrevista para Peoples Dispatch, un maestro popular de secundaria, Harold García, explicaba que en las ciudades los colegios privados estaban mejor equipados para enfrentar el brote de la enfermedad y duplicaron el trabajo de los maestros que se apuraron a completar el currículo a la vez que aprendían cómo utilizar e incorporar métodos digitales de enseñanza.xxiii Además, García expresó su descontento con la administración del presidente Duque Márquez durante la pandemia, quien desvió recursos públicos que se necesitaban en educación hacia seguridad nacional y para asistir a los bancos.xxiv Los 1,5 millones de indígenas que viven en Colombia, por otra parte, acapararon la atención durante este tiempo. El grupo indígena más numeroso, el pueblo Wayúu, que habita predominantemente en la región de La Guajira, se vio gravemente afectado por el cierre del sector turístico, ya que el 90% de ellos trabajaba informalmente en él, y sólo el 10% tenía acceso suficiente a Internet para trabajar o aprender a distancia.xxv Las iniciativas de la Fundación El Origen aumentaron el acceso de los niños indígenas a la educación virtual en términos de lengua, mediante el uso de aplicaciones, y dotando a 260 niños wayuu de tabletas, que a la vez apoyan los pasos para ampliar la lengua de enseñanza a las 64 lenguas que se hablan fuera del español oficial y ayudan a los pueblos indígenas a romper el ciclo de la pobreza.xxvi

Por último, la COVID-19 puso a los niños en un riesgo significativo de ser reclutados por los grupos guerrilleros restantes como niños soldados, haciendo retroceder los esfuerzos logrados a través del plan nacional 2019 y el Caso No. 7 de la Jurisdicción Especial para la Paz, que tiene como objetivo prevenir el reclutamiento y la violencia sexual contra los niños. Así mismo, se reconoce el trabajo positivo que realizan las organizaciones de la sociedad civil como las Misiones Salesianas y Missioni Don Bosco Onlus para garantizar el acceso a la educación.xxvii Es una estrategia conocida de estos grupos dirigirse a niños que viven en regiones rurales y proceden de un entorno socioeconómico pobre, por lo que son más fáciles de coaccionar debido a su falta de acceso a la educación y a la formación profesional, pero a menudo se convierten en escudos humanos, porteadores, espías, niñas novias, esclavas sexuales o se utilizan para actividades laborales en el actual conflicto civil con el gobierno colombiano.xxviii Para hacer frente a este problema persistente, el Proyecto Borgen ha hecho recientemente un llamamiento al gobierno colombiano para que aplique políticas y medidas más estrictas que desincentiven el reclutamiento, así como para que se exija a la comunidad internacional que adopte planes de ayuda exterior más sustanciales que apunten más hacia un progreso holístico y colectivo.xxix

***

El sistema educativo colombiano ha dado pasos positivos que han dado grandes resultados en el acceso a la educación. Aún así, destaca la calidad asequible y valiosa en los resultados que la educación debe preparar a los estudiantes para alcanzar niveles superiores de educación o entrar en el mercado laboral. A nivel mundial, la educación es un activo importante que demuestra que los beneficios superan los costes de inyectar tiempo y financiación para impulsar el acceso, la calidad, los resultados y el valor que cada niño recibe a través de su educación, sirviendo como momentos cruciales que definen su futuro y el de sus países. De esta manera, Colombia no sólo atendería la otra mitad del Objetivo 4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en materia de calidad, sino que reforzaría sus avances para reducir la pobreza, establecer mecanismos duraderos de resolución pacífica y justa, dinamizar el crecimiento económico, alcanzar niveles más robustos de salud y bienestar, y cerrar las brechas de desigualdad que aún persisten.

Escrito por Karl Baldacchino

Editado por Olga Ruiz Pilato

Traducido por Ana María Ocampo Cuesta, del original Educational Challenges in the Republic of Colombia: Great Access, Little Quality.

i Organization for Economic Cooperation and Development (2016) ‘Education in Colombia: Highlights’, pp. 2-3; see also Trines, S. (2020) ‘Education in Colombia’. World Education News + Reviews. Available online from: https://wenr.wes.org/2020/06/education-in-colombia-2/ [Accessed on 27/03/2022[.

ii Ventura, R. C. (2018) ‘Girls’ Education in Colombia Continues to on the Path of Progress’. The Borgen Project. Available online from: https://borgenproject.org/girls-education-in-colombia/ [Accessed 27/03/2022]; see also Gozzo, F. (2022) ‘The Struggle of Child Soldiers in Colombia’. The Borgen Project. Available online from: https://borgenproject.org/child-soldiers-in-colombia/ [Accessed on 27/03/2022].

iii Ibid.; see also ‘Education in Colombia’; see also Solivan, M. (2014) ‘A City’s Push for Access and Quality Education for All: Report on a Recent Visit to Bogota’. Brookings. Available online from: A City’s Push for Access and Quality Education for All: Report on a Recent Visit to Bogotá (brookings.edu) [Accessed on 27/03/2022]; see also ‘Education in Colombia: Highlights’, pp. 6 & 8.

iv ‘Education in Colombia: Highlights’, pp. 4, 6 & 10.

v ‘Girls’ Education in Colombia Continues to on the Path of Progress’.

vi Moutter, C. (2017) ‘Colombia’s Education System’. Children Beyond Our Borders. Available online from: http://www.chbob.org/blog/colombias-education-system [Accessed on 27/03/2022]; see also ‘Education in Colombia’; see also Education in Colombia: Highlights’, pp. 6-7, 8 & 10.

vii Ibid.; see also ‘Education in Colombia’.

viii ‘Education in Colombia’; ‘Education in Colombia: Highlights’, p. 10

ix Ibid.; see also Alexandra, Z. (2020) ‘In Colombia, the Pandemic is Widening Inequality in Access to Education’. Peoples Dispatch. Available online from: https://peoplesdispatch.org/2020/05/29/in-colombia-the-pandemic-is-widening-inequality-in-access-to-education/ [Accessed 27/03/2022].

x Ibid.

xi Ibid.

xii International Rescue Committee (2020) ‘Colombia’s Education Crisis: Results from a Learning Assessment of Colombian and Venezuelan Children’, p. 2.

xiii Ibid.; see also ‘Education in Colombia’; see also United Nations Educational, Scientific, and Cultural Organization (2020) ‘Significant Efforts by Colombia Ensure that Nearly 200,000 Children and Youth Have access to the Education System’. Available online from: https://en.unesco.org/news/significant-efforts-colombia-ensure-nearly-200000-venezuelan-children-and-youth-have-access [Accessed on 28/03/2022].

xiv Ibid.

xv Ibid., pp. 3 & 4; see also ‘Significant Efforts by Colombia Ensure that Nearly 200,000 Children and Youth Have access to the Education System’.

xvi Ibid., p.5.

xvii ‘Significant Efforts by Colombia Ensure that Nearly 200,000 Children and Youth Have access to the Education System’.

xviii Ibid., pp. 5 & 6.

xix ‘Education in Colombia’; see also Turkewitz, J. (2021) ‘1+1 = 4? Latin American Confronts a Pandemic Education Crisis’. The New York Times. Available online from: https://www.nytimes.com/2021/06/26/world/americas/latin-america-pandemic-education.html [Accessed 28/03/2022]; see also ‘In Colombia, the Pandemic is Widening Inequality in Access to Education’.

xx 1+1 = 4? Latin American Confronts a Pandemic Education Crisis’.

xxi Ibid.; see also ‘In Colombia, the Pandemic is Widening Inequality in Access to Education’.

xxii Pope, L. (2021) ‘Virtual Learning for Colombia’s Indigenous People’. The Borgen Project. Available online from: https://borgenproject.org/colombias-indigenous-people/ [Accessed on 28/03/2022].

xxiii ‘In Colombia, the Pandemic is Widening Inequality in Access to Education’.

xxiv Ibid.

xxv ‘Virtual Learning for Colombia’s Indigenous People’.

xxvi Ibid.; see also ‘Education in Colombia’.

xxvii ‘The Struggle of Child Soldiers in Colombia’.

xxviii Ibid.

xxix Ibid.

Educational Challenges in Spain

Written by María Núñez Fontain

A BOAT WITHOUT A CAPTAIN IS CONDEMNED TO SINK

Spain is a developed country and member of the European Union, which would give it a clear advantage in terms of educational levels and resources. Nevertheless, taking a closer look at Spain’s educational system, this quickly proves not to be the case.

At first glance, Spain’s most predominant issue seems to be clear: despite numerous attempts to modernise and adapt the educational curriculum, it still seems to be far and detached from the demands of its society.[1] Due to its decentralized State, this also proved problematic when attempting to achieve unity and equality.

As recent as 2021, Spain introduced the LOMLOE,[2] the new law on education that built upon the previous one – LOE – and obliviated the previous legislation, the LOMCE. This new law highlights sustainable development, gender equality, childhood rights, digital transformation and the adoption of a transversal approach to ensure success throughout constant improvement.

DROPOUT RATES

Spanish students tend to obtain low results on the PISA tests, despite being one of the countries that spends most time in classrooms.[3] The PISA is a test which measures 15-year-old´s educational level, and it is taken every three years. These low results reflect Spain´s teaching method, which focuses on memorizing information and not developing one´s autonomy and problem-solving skills. Another issue which may be linked to Spain’s low results is the fact that it currently has the highest school drop out rate of all European Union, as the current teaching methods make it difficult to maintain the student´s motivation and interest.[4] Unfortunately, this apathy also translates onto the teachers, who should be the ones sparking the interest of the students but, at the same time, should be motivated themselves.

The rate of early school dropout reached 14% in 2012, 5% above the EU target for 2030 which is set at 9%. This number makes Spain the second country in Europe with the most amount of people between 18 and 24 years old without basic education and training.[5] This percentage being highest among students whose mothers did not complete their primary education.[6] Ultimately, this reflects the biggest challenge currently facing Spain’s education system: the socioeconomic segregation.

SOCIOECONOMIC SEGREGATION

This is an issue which the European Commission and the United Nations have repeatedly requested Spain to address, and the socioeconomic disparity was also targeted in a report by the UN Special Rapporteur on extreme poverty and human rights in 2020. Before analysing its content, this article will offer a brief outlook at the socioeconomic situation of Spain with regards to education.

When addressing educational shortcomings, debates often revolve around aspects such as religion as a school subject or the strict use of the State’s official languages.[7] These two issues, while relevant, are far removed from the immediate problem. Spain shows high rates of inequality, scholarly failure, lack of monetary resources and scholarly segregation for socioeconomic reasons.[8]

In Spain, public schools host a high percentage of immigrants and students from low income families, which only increases the correlation between the quality of the education and the monetary resources to afford it – ultimately turning public schools into “guettos” with limited possibilities for their students and teachers.[9]

With the new legislation, the criteria for selecting students into public and private schools will fall on the hands of the public Administration, in what seems as an attempt to bridge this gap. In spite of this, the lack of awareness – or willingness to do so – must be addressed first if any solutions are going to be discussed.

Boy walking with a backpack in Spain. Picture by Jesús Rodríguez (2017)

THE ROLE OF TEACHERS

There is one challenge around which there is – almost – universal consensus: the role of the teachers. As the figures in charge of guiding students from an early age, teachers are often not given the respect they deserve as attending school is seen as a “tedious chore” in Spain. This might be because of the education teachers themselves receive, which is focused on the institutional aspects but does not give them the tools from a pedagogic perspective.[10]

Furthermore, the profession of a teacher presents a high percentage of instability, which prevents them from growing professionally.[11] This is exacerbated by the numerous changes in the educational laws that have taken place during recent times, a common object of concern and condemnation amongst teachers. With education often being used as a political weapon, its legislation changes along with the different governments.

Broken Chalk had the opportunity to interview Raúl Prada, the Head of Language Departments of a school in Spain. His answers will allow the reader to gain a better perspective on the education challenges that Spain currently faces from the perspective of a teacher who, as said by himself, is “in love with his profession”.

Q. What, in your opinion, are the main educational challenges in Spain?

I believe that the main challenges facing education in Spain are an excessive ratio in the classrooms that prevents the teacher from giving personalised attention. With the increase in students with special needs in each classroom, the problem worsens: these students are the most affected by this inability to provide them with special care and, ultimately, it plays a role in moving them further and further away from their integration into society.

Q. Do you think that in Spain there is a problem of socioeconomic segregation when it comes to education? Why? Why not?

Socioeconomic segregation is clearly connected to what was answered above, since the excess ratio at all levels causes students with more personal, social and economic difficulties to see themselves in clear inferiority with respect to those whose families can afford external support. This becomes even more evident in those families who cannot afford for their children to participate in activities during extracurricular hours.

Q. Have you encountered any experiences of socioeconomic segregation?

The aforementioned is a fact that we encounter every day in any classroom in Spain: an excess of students who should have more and better attention and teachers who cannot give more than they do, causing great frustration in them.

Q. How do you think teachers are viewed in the Spanish educational system?

The role of the teacher in Spain has been socially degraded increasingly each year, becoming not very well regarded by some families who question their decisions and, in many cases, far from helping, hinder their work. This is aggravated by the Administration, that increases every year the bureaucratic burden and forgets that the most important objective of the teacher is to educate.

Q. What measures or ideas would you suggest to improve the situation of the teachers?

The main solutions I would recommend based on my personal experience are firstly, to lower the ratio in the number of students per classroom, and secondly, to decrease the bureaucratic burden that exists in education and schools.

Q. Would you like to share any experience – positive, negative or both – about your experience and role as a teacher?

I am a positive person and in love with my profession, so any experience I can contribute with is positive. I always keep in mind what my students share with me while I try to be mindful of their needs. I feel that they appreciate and value it. However, I still always regret not being able to give more to those who need it.

Q. From a personal perspective, how do you feel the educational system has evolved and changed since you first started teaching and why do you think that is?

Unfortunately, the evolution of our educational system in the last 25 years is little or not enough. The reason is that the different governments that Spain has had in these years have made Education a political reason and approved successive laws – 8 different ones in 25 years. In doing so, they have failed to consider whether or not they enjoyed support from the entire political spectrum, rather focusing only on the political value of it. The result is that each party has approved a law tailored to its needs, which has been successively repealed when a party with a different ideology comes to government.

This situation has created great instability in the Spanish educational systems and has prompted some changes with no follow-up. Spain urgently needs an Educational law of general and permanent consensus, although subject to small variations.

Q. Any thoughts, comments or messages you would like to share as a teacher.

As a teacher, I say that the only way to survive on a day-to-day basis is the love for this profession and dedication to your students, and you must put aside the obstacles that grow every day because otherwise demotivation and helplessness will dig in us.

UN SPECIAL RAPPORTEUR ON EXTREME POVERTY AND HUMAN RIGHTS

All of the aforementioned concerns – and some more – were crystallized into the report by the UN Special Rapporteur on extreme poverty and human rights, written during his visit to Spain.[12]

The UN Rapporteur starts by saying that “education and poverty are closely linked”. Indeed, the socioeconomic resources of a family dictate the schools they have access to, and the public schools grow overflooded with low income and immigrant students, whose education cannot be ensured at the level that should be.

This is also due to the lack of public investment in education, which despite being free, shows a reality in which its crucial role does not match the resources thereby attributed.[13] The UN Rapporteur correctly concludes that “school segregation increases grade repetition, failure and dropouts, decreases assessment scores and adversely affects students’ expectations of pursuing university studies”. Finally, the education section rescues a quote from a Save the Children report from 2018, which reads: “concentrating children from the poorest backgrounds in the same schools is no recipe for educational success or overcoming poverty”.[14]

UN Special Rapporteur Philip Alston in Spain. Picture by Olivier de Schutter (2020)

CONCLUSION

Examining Spain’s educational system, it has become apparent that it presents several flaws. First, not only is the curriculum outdated, but it also fails in motivating the students and in preventing – or at least mitigating – the elevated school dropout rates. Second, Spanish schools do not cater to the needs of the population: not every school has the same resources and not every person can afford to attend any school. Instead of correcting this trend, in the last years it has been exacerbated, making schools a mirror of the social status of the students and their backgrounds. This effectively prevents a system based on equal opportunities.

Additionally, those in charge of actually providing the education are not motivated enough. The stability of their jobs is not ensured, and the lack of resources or their inadequate distribution prevents the teachers from giving individualised attention to the students. This overall contributes to a general environment of apathy which has an impact on both ends (students and teachers). Lastly, as long as education continues being a tool of politics, adjustable to the ideologies of the dominant political party, it will remain as a subdued element instead of a priority, and Spain will continue to suffer from low quality education and the inability to achieve efficient results.

References