Desafíos educativos en el Estado Plurinacional de Bolivia: de las barreras educativas al desajuste de competencias

El Estado Plurinacional de Bolivia ha experimentado recientemente acontecimientos tanto positivos como negativos. El Instituto Económico Suizo KOF destacó en 2019[i] que Bolivia mantuvo una tasa promedia de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de un 4,9%, principalmente por su exportación de recursos naturales como oro, zinc, plata, cobre y reservas de gas natural. Sin embargo, con un PIB per cápita de $ 3117, significativamente más bajo que sus vecinos, Bolivia sigue siendo el estado más pobre de América del Sur. El índice del coeficiente GINI del Banco Mundial destacó la alta tasa de desigualdad de ingresos: Bolivia obtuvo 44,6 de 100 en 2016 en igualdad de ingresos.

 

Estos altibajos evolutivos se notan en varios ámbitos, incluido el educativo. Según Andersen et al. (2020)[ii], la educación boliviana carece de datos estadísticos porque, en los últimos veinte años, el país no ha participado en las principales evaluaciones educativas que suelen realizar organizaciones internacionales como el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) de la OCDE o Trends in International de la IEA: Estudio de Matemáticas y Ciencias (TIMSS). Esto deja en gran medida a los investigadores y a los formuladores de políticas sin idea de cuáles son los principales desafíos educativos y qué soluciones pueden mejorar el acceso a una educación de calidad para que Bolivia logre oportunamente el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible: ‘garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos’. [iii] Para obtener una imagen más precisa del estado de la educación en Bolivia y la probabilidad de que aquellos que se gradúen de niveles educativos adecuados y superiores satisfagan las demandas del mercado laboral, se debe investigar y recopilar información de fuentes creíbles.

 

Barreras históricas a la educación

El Proyecto Borgen, que tiene como objetivo reducir la pobreza global a través de la política exterior de los EE. UU., señaló en 2015[iv] que aproximadamente uno de cada siete estudiantes en Bolivia no termina su educación. Esto lleva a que la mayoría de ellos no comiencen la educación secundaria. Si bien la tasa general de analfabetismo se redujo del 36,21 % en 1976 al 7,54 % en 2015[v], más de un millón de bolivianos de 15 años o más siguen siendo analfabetos. Hay cuatro motivos a los que se deben estos problemas:[vi]

  1. Aunque la mayoría de los estudiantes provienen de entornos indígenas y hablan quechua o aimara en casa, las clases normalmente se imparten en español;
  2. Sigue existiendo una gran brecha entre los habitantes rurales y urbanos. Los estudiantes de las zonas rurales solo completan un promedio de 4,2 años de educación antes de abandonar la escuela para mantener económicamente a sus familias. En contraste, los estudiantes de las áreas urbanas completan un promedio de 9.4 años de escolaridad;
  3. La educación permanece fuera del ámbito del estado, lo que resulta en una falta de recursos para crear un ambiente propicio para que los estudiantes busquen una educación de buena calidad; y
  4. En conjunto con el punto anterior, los docentes continúan recibiendo salarios bajos y muchas veces se declaran en huelga, dejando a los estudiantes sin acceso a educación durante días o semanas seguidas.

 

Algunas de las cuestiones anteriores derivan del desarrollo histórico de la educación en Bolivia. Redin (2020) [vii] explica que, tras el fin de la dictadura militar, las reformas neoliberales entre 1980 y 1990 incrementaron el apoyo a la diversidad étnica, pero redujeron la injerencia del Estado y el gasto social. Esto tuvo un gran impacto en la matriculación en las escuelas públicas. El estado tuvo éxito en sus intentos de impulsar dicha matriculación sacando a las familias rurales de la pobreza y animándolas a enviar a sus hijos a la escuela. Este fracaso inspiró a movimientos indígenas, como los Consejos Educativos de los Pueblos Originarios (CEPOS), así como a padres de familia, a crear sus fundaciones para tomar cartas en el asunto y empoderar a escuelas y maestros para brindar una educación de mejor calidad, considerando e incorporando debidamente la cultura e idioma de los pueblos indígenas. Por lo tanto, la educación se convirtió en una institución privatizada administrada por la sociedad en lugar del estado debido a un “proceso de mala distribución” en el que los derechos políticos civiles se fortalecían a cambio de esfuerzos reducidos hacia los derechos sociales.[viii]

 

Acceso a la educación y accesibilidad

Otra característica del sistema educativo de Bolivia, señalada por el estudio cualitativo de Muyor-Rodríguez et al, (2021)[ix], es que las universidades públicas no han logrado satisfacer las necesidades educativas de los estudiantes con discapacidades. A pesar de los compromisos de las universidades públicas de brindar acceso a la educación a todos los estudiantes en igualdad de condiciones, los participantes de las discusiones grupales argumentaron que existe una falta de valorización en la educación que reciben los estudiantes con discapacidad en favor de la diversidad étnica o sexual, lo que ha excluido o estereotipado algunas discapacidades.[x] Si bien la Resolución N° 9/09 de 2009 eximió a los estudiantes con discapacidad de realizar las pruebas de admisión para ingresar a las universidades públicas, el grado de autonomía resultante del sistema similar al de cogobierno que existe entre docentes y estudiantes, hizo que algunas universidades no implementaran la política.[xi] Los participantes también discutieron la discriminación que sufrieron por parte de los profesores que no distinguían entre los requisitos educativos para los estudiantes con discapacidad y los estudiantes sin discapacidad, y el prejuicio resultante de la falta de recursos para que el personal universitario pueda satisfacer sus necesidades. El efecto acumulativo es la gestión ineficaz a largo plazo del impacto que traen las campañas de inclusión.[xii]

 

Educación desde Evo Morales

Con la elección de Evo Morales como presidente en 2005, nuevos esfuerzos en el campo de la educación apuntaron a descolonizar el plan de estudios boliviano de un ‘proyecto blanco-mestizo centrado en la ciencia’ de la nación y cambiar hacia un ‘espacio equitativo para la ciencia y el conocimiento ancestral’.[xiii]  El gobierno buscó establecer un equilibrio que permanezca enfocado en el desarrollo de habilidades científicas mientras continúa la intraculturalidad de 1994 que conserva la(s) cultura(s), la historia y el conocimiento indígena de la sociedad boliviana. Estos cambios han dejado a los docentes con la carga de tener que encontrar métodos creativos para equilibrar la provisión de una educación que brinde a los alumnos las habilidades necesarias para avanzar a niveles educativos más altos y brindarles el conjunto de habilidades necesarias para ser absorbidas por el mercado laboral.[xiv]

 

La educación no satisface las demandas del mercado laboral

Andersen et al. (2020) notaron el desajuste entre la educación y las habilidades laborales demandadas por el mercado laboral, lo que resultó en que muchos graduados no cosecharan los frutos de su educación entre 2007 y 2017.[xv] Su análisis señala que aquellos particularmente afectados por las fallas educativas sistémicas son varones urbanos no indígenas, que permanecieron sin una distribución de ingreso adecuada durante los primeros 15 años de educación. El factbook de KOF establece que gran parte de la población ocupada de Bolivia opera en los sectores primarios de agricultura, caza, silvicultura y pesca, así como en los sectores secundarios de manufactura, construcción, minería y actividades industriales, ubicándose en 27,4% y 22,6% respectivamente.[xvi] Esta es la consecuencia de lo que se conoce como el “Superciclo de los productos básicos”, que aumentó la demanda de los productos primarios de exportación de Bolivia, mencionados anteriormente, y que provocó que los jóvenes abandonaran la escuela para aprovechar las ganancias en estas industrias. Además, desencadenó lo que se conoce como ‘enfermedad holandesa’ en el sector de la construcción.[xvii] Esto ha creado un círculo vicioso de altos precios de las materias primas, lo que lleva a un mayor desarrollo de la tierra que, a su vez, requiere más mano de obra, que depende de la capacitación en el trabajo en lugar del logro de determinados niveles de educación. Así, se crea un mercado laboral que requiere trabajadores equipados, prefiriendo la experiencia práctica frente al conocimiento teórico.[xviii] Una de las principales preocupaciones de este desajuste es el aumento de la tasa de fuga de cerebros en Bolivia. Hasta el 2015, 799 605 bolivianos (aproximadamente el 7,5% de la población nacional) habían emigrado, ya sea para obtener niveles educativos más altos o para cosechar los beneficios de la educación que ya habían recibido. Como resultado de la emigración, Bolivia ha perdido y sigue perdiendo los beneficios de los conocimientos y habilidades alcanzados por sus estudiantes.[xix]

 

El estallido de la pandemia de Covid-19 ha multiplicado la fuerza de los problemas existentes. El Informe de país de 2020 del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) estimó que un total de 2,9 millones de niños se habían quedado sin acceso a la educación y a los sistemas de apoyo nutricional que brindaban sus escuelas.[xx] La pandemia también ha puesto de relieve la brecha digital entre las poblaciones urbanas y rurales, ya que contar con una conexión estable a Internet es vital para acceder a los servicios educativos virtuales.

El futuro de la educación en Bolivia

El gobierno boliviano ha realizado varios esfuerzos para mejorar el estado de la educación, entre otros:[i]

  1. Ha cerrado la inscripción entre la educación primaria y secundaria en función de los ingresos, el género o la etnia (año 2017);
  2. Ha triplicado la disponibilidad de docentes entre el año 2000 y el 2017. Ahora hay un docente totalmente calificado por cada 24 escolares;
  3. El 39% de todos los bolivianos estaban invertidos en algún tipo de educación formal en 2017; y
  4. La base de datos de indicadores de educación de la UNESCO explica que el gobierno ha invertido un promedio del 7% de su PIB en educación. Esto demuestra el compromiso del gobierno de garantizar el acceso a una educación pública, gratuita y de primera calidad que tenga en cuenta la diversidad y brinde igualdad de oportunidades y beneficios sin discriminación.

 

Los estudiantes bolivianos se preparan para los cambios en los factores externos que rigen el ciclo de las materias primas en Bolivia. Como Andersen et al. declaró, “ciertamente parece mejor errar por el lado de demasiada educación en lugar de muy poca”.[ii]

 

El gobierno boliviano debe armonizar sus recursos con el sector privado y otros actores nacionales para mejorar la calidad de la educación recibida y los retornos necesarios del mercado laboral que promueva un sistema educativo que agregue valor y, a su vez, cree valor para el estado y los bolivianos en general. Este ciclo positivo de desarrollo también ayudaría a Bolivia a cumplir con sus otras metas de los ODS, incluida la eliminación de todas las formas de pobreza, la creación de oportunidades de trabajo decente, la promoción del crecimiento económico sostenible e inclusivo y la reducción de los niveles de desigualdad junto con otros estados.[iii]

 

Texto original escrito por Karl Baldacchino

Edición y traducción por Olga Ruiz Pilato

 

accessible via el siguiente link;

[Educational Challenges in the Plurinational State of Bolivia: From Educational Barriers to a Mismatch of Skills]

 

Endnotes

 

[i] KOF Swiss Economic Institute (2019) ‘KOF Education System Factbook: Bolivia’. KOF Education System Factbooks: Zurich, 1st Ed., pp. 3-5.

[ii] Andersen, L. E. et al. (2020) ‘Occasional Paper Series No. 63 – A Country at Risk of Being Left Behind: Bolivia’s Quest for Quality Education’. Southern Voices, p. 11.

[iii] United Nations Department of Economic & Social Affairs. ‘Goal 4’. Available online from: https://sdgs.un.org/goals/goal4 [Accessed on 28/02/2022].

[iv] Binns, M. (2015) ‘Top 4 Reasons Education in Bolivia Lags’. The Borgen Project. Available online from: https://borgenproject.org/top-4-reasons-education-in-boliva-lags/ [Accessed on 28/02/2022].

[v] Muyor-Rodriguez, J. et al. (2021) ‘Inclusive University Education in Bolivia: The Actors and Their Discourses’. Sustainability, Vol. 13. Available online from: https://doi.org/10.3390/su131910818 [Accessed on 28/02/2022], p. 2.

[vi] ‘Top 4 Reasons Education in Bolivia Lags’.

[vii] Redin, M. C. B. (2020) ‘Dilemmas of Justice in the Post-Neoliberal Educational Policies of Ecuador and Bolivia’.  Policy Futures in Education, Vol. 18(1), pp. 53-56.

[viii] Ibid., p.58.

[ix] ‘Inclusive University Education in Bolivia’, p. 3.

[x] Ibid., pp. 8-10.

[xi] Ibid., pp. 4 & 9-10 & 12.

[xii] Ibid., pp. 13-14.

[xiii] Ibid., pp. 58-59.

[xiv] Ibid., p. 61.

[xv] ‘A Country at Risk of Being Left Behind’, pp. 15-16.

[xvi] ‘KOF Factbooks’, p. 4.

[xvii] ‘A Country at Risk of Being Left Behind’, pp. 19-20.

[xviii] Ibid., p. 27.

[xix] Ibid., p. 21.

[xx] United Nations Children’s Fund (2020) ‘Country Office Annual Report 2020 – Bolivia, Plurinational State of’, p. 1.

[xxi] ‘A Country at Risk of Being Left Behind’, pp. 27-29.

[xxii] Ibid., p. 29.

[xxiii] Ibid., pp. 22-26.

Imagen de portada tomada de https://www.magisamericas.org/educating-for-transformation-through-community-partnership/