LA SALUD MENTAL DE LOS JÓVENES

Parte I

Capítulo 3 – Factores que ayudan y perjudican

Investigadores alrededor del mundo han identificado varios factores de riesgo conocidos como “marcadores de riesgo”, es decir, las causas y posibles efectos en la salud mental de los niños. Los resultados de estos factores de riesgo varían significativamente de un niño a otro, ya que sus experiencias y condiciones sociales, económicas y ambientales difieren. Existe una relación proporcional entre los factores de riesgo y sus causas. A medida que aumentan la duración y la intensidad de estas causas, también lo hacen los factores de riesgo.

Dado que la comprensión de la salud mental varía culturalmente, los investigadores, a pesar de recopilar una gran cantidad de datos, siguen limitados a la hora de identificar los riesgos comunes que afectan la salud mental.

El entorno puede actuar tanto como factor de riesgo como de protección para un niño, lo que complica la comprensión de la salud mental. Por ejemplo, la escuela, donde los profesores imparten cursos que amplían los horizontes personales y académicos de los niños, puede suponer la motivación de éstos. Sin embargo, es en estos entornos en los cuales los niños pueden experimentar acoso, críticas y traumas graves, perjudicando de esta manera su salud mental.

Este capítulo del “Estado mundial de la infancia 2021” identifica tres factores críticos relevantes para comprender la salud mental de los niños. Estos factores no son biológicos y pueden cambiar con facilidad. Por lo tanto, deben entenderse con prudencia. Estos incluyen

  • El cuidado cariñoso de los padres/cuidadores
  • El ambiente externo
  • Las relaciones con los compañeros (a medida que crecen)

Este capítulo navega los pensamientos presentados por adolescentes en grupos de discusión de salud mental dirigidos por la Universidad John Hopkins.

Un enfoque de curso de vida para los riesgos de salud mental prevalentes

A pesar de la dificultad de obtener información estandarizada sobre los factores de salud mental en todas las regiones, un equipo de expertos de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul en Brasil examinó datos estandarizados de las Encuestas de Demografía y Salud (DHS), Encuestas de Indicadores Múltiples por Conglomerados (MICS) y la Encuesta Global de Salud Estudiantil Escolar (GSHS, por sus siglas en inglés), con el fin de encontrar puntos en común en la distribución de los factores de riesgo en todas las regiones. Lo hicieron con el objetivo de desarrollar e implementar mejores intervenciones y métodos para abordar los riesgos de salud mental en los niños. Los expertos encontraron 23 factores en los períodos perinatal, de primera infancia, infantil y adolescente de las dos primeras décadas de una persona. Algunos de los factores incluyen la intimidación, el trabajo infantil, la violencia y la falta de nutrición adecuada.

Factores de riesgo y protección: la crianza (el mundo del niño)

El papel de los padres se identifica como el papel más crítico en el desarrollo de la salud mental de un niño, pues es el primer punto de contacto éste, particularmente con respecto a cómo se ven a sí mismos y al mundo que los rodea. Los padres pueden crear un entorno seguro, protegido y estable para un niño, así como brindarles oportunidades y plataformas para crecer en el mundo. Sin embargo, el mundo limitado de un niño se expande mucho durante la adolescencia donde se exponen a otros riesgos externos.

El mundo alrededor del niño

Algunos de estos riesgos existen en el mundo debido a la pobreza y los conflictos. La mayoría de las veces, los padres no saben cómo ayudar a los adolescentes a navegar estos riesgos externos, lo que dificulta que éstos se enfrenten al mundo que los rodea.

Parte II – Los grandes cambios empiezan pequeños

El ahorro en la salud mental tiene consecuencias financieras. Tan solo en Inglaterra, el dinero perdido a consecuencia de la salud mental es de 16.130 millones de libras esterlinas al año. Hay una falta de prioridad e iniciativa en las primeras etapas de un niño, donde el comportamiento violento causante del daño y la agresión puede reducirse a un costo significativamente menor si se aborda y prioriza desde el principio. La Fundación Real da seis recomendaciones para reducir estas pérdidas. Éstas incluyen:

  1. La sensibilización sobre el impacto de los primeros años de un niño;
  2. El construir una sociedad más solidaria;
  3. El crear comunidades de apoyo;
  4. El crear una fuerza laboral que anime a las familias de los afectados;
  5. El recopilar e interpretar más datos para mejorar la atención de los niños y sus cuidadores;
  6. El promover cambios a largo plazo que brinden apoyo anual estable a la niñez.

Al principio

La desnutrición y el haber nacido con un peso mínimo tienen efectos negativos en la salud mental de un niño a medida que crece. Los altos niveles de depresión, ansiedad, timidez y bajo desarrollo cognitivo a menudo resultan del uso de drogas y alcohol por parte de la madre o de los matrimonios infantiles tempranos. La depresión paterna durante los primeros años del desarrollo de un niño es una causa adicional de angustia emocional en éste.

Nutrición, actividad física y peso corporal

La nutrición es el componente básico de la estabilidad mental. No nutrirse de forma adecuada actúa como factor de riesgo para el desarrollo cognitivo de un niño, mientras que una nutrición adecuada sirve como factor protector. Para contrarrestar el factor de riesgo de la nutrición inadecuada, existen intervenciones nutricionales para las madres durante el embarazo. Se les brindan nutrientes como el calcio, la vitamina A y el cinc para reducir el riesgo de bajo peso corporal y desnutrición del recién nacido.

La falta de actividad física y el aumento del tiempo de pantalla en los adolescentes es una causa global del impedimento de desarrollo cerebral. Un estudio llevado a cabo en los Estados Unidos en adolescentes de 14 a 18 años muestra que, por cada hora de sueño perdida, el sentimiento de tristeza y desesperanza aumentan entre un 38 % y un 42 %. La calidez, el amor y el afecto, el desarrollo de los adolescentes, la comunicación respetuosa, la disciplina positiva, los entornos seguros, la satisfacción de las necesidades básicas y la salud mental de los cuidadores y padres son algunos de los factores identificados por UNICEF para impulsar el desarrollo de las capacidades cognitivas de los niños.

Medicamentos

Se estima que las tasas de prescripción de antidepresivos para niños menores de 19 años aumentaron de la siguiente manera entre el 2005 y el 2012:

  •  Un 60,5% en Dinamarca
  •  Un 49,2% en Alemania
  •  Un 17,6% en los Países Bajos
  •  Un 54,4% en el Reino Unido
  •  Un 26,1% en Estados Unidos

Estos resultados indican que las instalaciones de salud mental se están haciendo más disponibles en muchos países y que los jóvenes las utilizan cada vez más. Sin embargo, los altos precios de estos medicamentos hacen que muchos jóvenes no puedan permitírselos. Además, los medicamentos simplemente ayudan a contrarrestar los efectos de la salud mental, pero no abordan la causa raíz de los problemas, por lo que deben abordarse en cambio problemas como la violencia, la pobreza y la desigualdad que amenazan la salud mental de los niños.

Estudio de caso: Irlanda

MindOut: aprendizaje social y emocional para el bienestar de los adolescentes

Cuando Irlanda desarrolló su Estrategia Nacional para la Juventud en 2015, muchos jóvenes identificaron la salud mental como uno de los tres problemas principales. MindOut es un programa universal de aprendizaje social y emocional (SEL) basado en la evidencia y parte del Ejecutivo del Servicio de Salud de Irlanda. Ofrece la oportunidad de enfocarse en temas de salud mental y bienestar general importantes para los jóvenes en Irlanda. MindOut se proporciona a jóvenes de 15 a 18 años en las escuelas. Está incluido en el currículo de Educación Social, Personal y para la Salud (ESPS), parte obligatoria del temario escolar.

MindOut ha ayudado a los niños a desarrollar habilidades sociales y emocionales, incluida la autoconciencia, la autogestión, la conciencia social, la gestión de relaciones y la toma de decisiones responsable.

Violencia y salud mental

La violencia ha sido identificada como una de las principales causas de angustia mental en los niños. A menudo, una o más formas de violencia pueden coexistir en la misma familia, poniendo en peligro la salud mental del niño. Se estima que más de mil millones de niños entre las edades de 12 y 17 años están expuestos a la violencia interpersonal con consecuencias que incluyen depresión, ansiedad, suicidio y problemas sociales y de comportamiento. Prevenir la exposición a la violencia en la infancia es crucial para promover la salud mental. La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere enfáticamente que los proveedores de atención médica consideren la posibilidad de exposición a la violencia al examinar la salud de los niños, particularmente casos de maltrato.

* Summarized by Mahnoor Traiq from Risk and Protection section of  The State of the World’s Children 2021

*Translated by Olga Ruiz Pilato from Children and Mental Health

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